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Cómo los animales y la nutrición me enseñaron sobre empatía y justicia en el plato

  • Foto del escritor: Katherine Giraldo Garcés
    Katherine Giraldo Garcés
  • 9 feb
  • 4 Min. de lectura

Un relato amoroso sobre cómo la curiosidad, la empatía y la búsqueda de justicia en el plato han definido mi camino.

En esta foto con tesla.
En esta foto con tesla.

Hace siete años, entendí algo que transformó mi forma de ver la alimentación: comer no es solo un acto de nutrición, sino también un reflejo de nuestros valores. Aunque no siempre tuve esta claridad, desde pequeña me costaba mucho comer carne. Era flaca y amante de las ensaladas, pero mi alimentación no siempre era equilibrada. Con el tiempo, fui descubriendo que mi incomodidad con el consumo de productos de origen animal tenía más raíces de las que imaginaba.


Uno de los momentos clave en este proceso fue la conexión con mi perra Piña. Tenerla a mi lado me hizo reflexionar sobre la relación que tenemos con los animales y cómo, de manera arbitraria, diferenciamos entre aquellos a los que amamos y protegemos, y aquellos que consideramos alimento. Esta contradicción me incomodó por años hasta que decidí enfrentarla. No fue un cambio inmediato ni radical, pero poco a poco mi alimentación empezó a reflejar algo más que mis necesidades fisiológicas: empezó a representar mis valores.


Antes de volverme vegetariana, tuve que estudiar mucho y aprender a cocinar. Fue uno de mis mayores retos, no solo porque implicaba cambiar mi forma de comer, sino porque quería hacerlo de manera equilibrada y consciente. Empecé explorando cursos locales y visitando con frecuencia restaurantes que ofrecían opciones basadas en plantas, tratando de entender cómo transformar ingredientes simples en platos completos y nutritivos. Con el tiempo, profundicé en la alimentación basada en plantas, aprendiendo sobre combinaciones de alimentos, técnicas culinarias y formas de obtener todos los nutrientes necesarios. Pero más allá del aprendizaje, descubrí algo aún más valioso: la cocina siempre ha sido una de mis pasiones, y este proceso me permitió reconectar con ella desde un lugar de creatividad y disfrute. Ahora dicto talleres presenciales, donde no solo enseño sobre cocina, sino también sobre cómo hacer que cada plato sea nutritivo y balanceado. Para mí, la alimentación basada en plantas no se trata solo de reemplazar ingredientes de origen animal, sino de comprender cómo nutrir el cuerpo de manera adecuada, respetando el sabor, la cultura y el disfrute de la comida.


Luego entendí algo que hoy es un principio que guía mi vida: "Ahimsa", la filosofía de la no violencia. Este concepto, originario del sánscrito y presente en filosofías como el hinduismo, el budismo y el jainismo, significa "no hacer daño" y promueve la compasión hacia todos los seres vivos, no solo en acciones, sino también en pensamientos y decisiones. Este principio resonó profundamente en mí y me ayudó a comprender que lo que pongo en mi plato tiene un impacto más allá de mi propio bienestar.


Alimentación basada en plantas: más que una tendencia, un acto de conciencia

En este viaje, encontré información que reforzó mis inquietudes. Libros como Tu dieta puede salvar el planeta explican cómo la producción de carne y otros productos de origen animal no solo tiene un impacto ambiental enorme, sino que también está ligada a la explotación de recursos y seres vivos. "Es fundamental reconocer que nuestras acciones individuales, aunque parezcan insignificantes, pueden tener un efecto considerable en el panorama global."


Durante los últimos años, se ha cuestionado el papel de la alimentación en el cambio climático, a pesar de ser una actividad cotidiana con un impacto significativo. Este debate resalta la importancia de considerar cómo nuestras elecciones alimenticias afectan tanto al medio ambiente como a las generaciones futuras. Con implicaciones sociales, éticas y de desarrollo, la alimentación no solo influye en la emisión de gases de efecto invernadero, sino también en el uso de recursos como el agua y el suelo.



Cada año, el Día Mundial del Sobregiro Ecológico marca el momento en que la humanidad ha consumido todos los recursos naturales que la Tierra puede regenerar en un año. Y cada año, esta fecha llega más temprano. Pero hay cuatro grandes acciones que podemos hacer cada día para reducir nuestro impacto:


  • Consumir más proteína vegetal en nuestra dieta

  • Consumir local y de temporada

  • Reducir el desperdicio alimentario

  • Minimizar el uso de envases


Hoy en día, la alimentación basada en plantas (plant-based) se ha convertido en una alternativa viable y beneficiosa para muchas personas que buscan mejorar su bienestar sin comprometer el planeta. Como nutricionista, veo cada vez más pacientes interesados en adoptar una dieta vegetariana o vegana, pero también acompaño a quienes simplemente quieren reducir el consumo de carne sin hacer cambios radicales.

Nutrición con empatía: comprender sin imponer


Algo que he aprendido con los años es que la nutrición no debe ser un campo de batalla de ideologías. No todas las personas que vienen a mi consulta buscan llevar una dieta plant-based, y eso está bien. Lo importante es que cada quien encuentre una alimentación que respete sus necesidades, su cultura y su historia personal.


Mi propio proceso de cambio me ha permitido ser más empática con mis pacientes. Entender que todos somos diferentes, que nuestras decisiones alimentarias están atravesadas por múltiples factores, y que lo ideal no es imponer un modelo de alimentación, sino ofrecer herramientas para que cada persona tome decisiones informadas.


Mi nutrición refleja lo que siento y en lo que creo. No se trata solo de una alimentación basada en evidencia científica, sino de un enfoque que integra la conciencia ambiental, el respeto por los animales y la justicia en cada elección alimentaria.


Desde mi experiencia, puedo decirte que la alimentación no es solo una cuestión de macronutrientes y calorías, sino también de ética, sostenibilidad y bienestar emocional. Y en ese equilibrio es donde realmente encontramos la forma de nutrirnos de manera consciente, sin juicios ni imposiciones.


Si quieres aprender más sobre cómo empezar una alimentación basada en plantas sin miedo a las deficiencias nutricionales, puedes hacer mi curso online "Nutrición a base de plantas para todos", donde te guío paso a paso para que puedas hacer cambios a tu ritmo y con información basada en ciencia.



En esta foto con Piña
En esta foto con Piña

En honor a Piña, el ser que me hizo entenderlo, y a Tesla, quien me acompaña hoy, incluso en mis consultas. 💛🐾

 
 
 

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©2024 - Katherine Giraldo Garcés - Nutricionista vegetariana y vegana en Medellín

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